Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://gretancyo393807.tokka-blog.com/38918229/qué-dijo-materazzi-del-cabezazo-de-zidane